sábado, 1 de noviembre de 2008

la iglesia frente a la violencia

1.-LA VIOLENCIA
La violencia (del Lat. violentia) es un comportamiento deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o psíquicos a otros seres, y se asocia, aunque no necesariamente, con la agresión, ya que también puede ser psíquica o emocional, a través de amenazas u ofensas. Algunas formas de violencia son sancionadas por la ley o por la sociedad, otras son crímenes. Distintas sociedades aplican diversos estándares en cuanto a las formas de violencia que son o no son aceptadas.
Por norma general, se considera violenta a la persona irrazonable, que se niega a dialogar y se obstina en actuar pese a quien pese, y caiga quien caiga. Suele ser de carácter dominantemente egoísta, sin ningún ejercicio de la empatía. Todo lo que viola lo razonable es susceptible de ser catalogado como violento si se impone por la fuerza.
Existen varios tipos de violencia, incluyendo el abuso físico, el abuso psíquico y el abuso sexual. Sus causas pueden variar, las cuales dependen de diferentes condiciones, como las situaciones graves e insoportables en la vida del individuo, la falta de responsabilidad por parte de los padres, la presión del grupo al que pertenece el individuo (lo cual es muy común en las escuelas) y el resultado de no poder distinguir entre la realidad y la fantasía, entre otras muchas causas.


2.- FORMAS DE VIOLENCIA


Johan Galtung (1995) Propone tres formas de violencia:
Violencia directa: Llamamos violencia directa a la violencia física, aquella que tiene por objetivo destruir, neutralizar (herir o matar). Está referido a agresiones físicas (y otras formas). Se puede generar por muchos factores (múltiples formas de discriminación, intolerancia, competencia, territorialidad, nacionalismos, adicciones, etc.).
Violencia estructural: Consiste en agredir a una agrupación colectiva desde la misma estructura política o económica. Así, se consideran casos de violencia estructural aquellos en los que el sistema causa hambre, miseria, enfermedad o incluso la muerte a la población. Serían ejemplos aquellos sistemas cuyos estados o países que no aportan las necesidades básicas a su población. Si nos remitimos a la definición de violencia como la aplicación de métodos fuera de lo natural a personas o cosas para vencer su resistencia, hablaremos de un abuso de autoridad en el que alguien cree tener poder sobre otro. Generalmente se da en las relaciones asimétricas, el hombre sobre la mujer o el padre sobre el hijo, para ejercer el control. Si bien la más visible es la violencia física, manifestada a través de golpes, que suelen dejar marcas en el cuerpo (hematomas y traumatismos)
Violencia cultural: Se refiere a los aspectos de la cultura que aportan una legitimidad a la utilización de los instrumentos de la violencia que hemos nombrado anteriormente. Así, por ejemplo, se puede aceptar la violencia en defensa de la fe o en defensa de la religión. Dos casos de violencia cultural pueden ser el de una religión que justifique la realización de guerras santas o de atentados terroristas, así como la legitimidad otorgada al Estado para ejercer la violencia.
Se puede añadir más categorías para las formas de violencia y tales podrían ser:
Violencia emocional: Puede ser más hostil que la primera. Es plasmada a través de desvalorizaciones, amenazas y críticas que funcionan como mandato cultural en algunas familias o grupos sociales y políticos.
Violencia juvenil: Se refiere a los actos físicamente destructivos (vandalismo) que realizan los jóvenes y que afectan a otros jóvenes (precisemos, aquí, que los rangos de edad para definir la juventud son diferentes en cada país y legislación). En todos los países, los principales actores de este tipo de violencia son los hombres, y la educación social es tal que el joven violento lo es desde la infancia o temprana adolescencia. Sin embargo, la interacción con los padres y la formación de grupos, parches, galladas o pandillas aumenta el riesgo de que los adolescentes se involucren en actividades delictivas, violentas y no violentas (acción directa).
Como vemos, la violencia directa es clara y visible, por lo que resulta relativamente sencillo detectarla y combatirla. Las violencias cultural y la estructural, en cambio, son menos visibles, por lo que suponen más problemas a la hora de reconocerlas propiamente, como su origen y combatirlas.


3.-CAUSAS DE LA VIOLENCIA.

El alcoholismo: un sin número de casos registran que, en un gran porcentaje de los casos en los que las mujeres son agredidas por sus compañeros conyugales, éstos se hallan bajo el efecto del alcohol o de drogas.
Ignorancia y falta de conciencia respecto a creer que la mejor forma de cambiar la situación en la que se encuentra es a través de actos que incluyen violencia física: golpes, pleitos, peleas, zafarranchos, etc., en vez de recurrir a manifestaciones pacíficas, a movimientos sociales pacíficos, a la conversación, al diálogo, a la búsqueda de acuerdos.
El no ser capaces de aprender a controlar los impulsos genera violencia.
La falta de comprensión en las parejas, la incompatibilidad de caracteres: la violencia intrafamiliar es la principal causa de la violencia. Un niño que se desarrolle en un ambiente conflictivo y poco armonioso (con muy poca voluntad de diálogo, con poca capacidad en los padres para la comunicación de los problemas, de las necesidades y de los sentimientos, con muy poca apertura y conversación para aclarar y resolver los problemas y aprender de ellos para no repetir las experiencias negativas) ha de ser, con grandes probabilidades, en el futuro próximo y en el lejano, una persona problemática y violenta, a su vez, con sus propios hijos y/o con quienes estén bajo su poder o influencia (sus empleados, p. ej.).
Falta de comprensión hacia los niños: sin estar conscientes de que los niños son seres inocentes, muchos adultos violentan o agreden o golpean o incluso abusan sexualmente de sus hijos (véase pederastia), generando así graves trastornos emocionales en ellos.
La adicción a sustancias (es decir, la dependencia física y psíquica, no la dependencia únicamente psíquica, a sustancias químicas diversas, tales como la nicotina y otras de las muchas sustancias incluidas en la fabricación industrial de los cigarros; a las bebidas alcohólicas; a las sustancias adictivas ilegales o "drogas", excepción hecha de la marihuana, de la cual se sabe que, aunque puede causar dependencia psíquica, no provoca dependencia física y, por consiguiente, no genera comportamientos violentos en quienes la consumen) es otra de las causas de la violencia. Muchas personas consumen sustancias adictivas con el fin de poder llegar a sentir que son lo que no son en realidad, causando con ello mucha violencia. Son muy frecuentes las noticias de casos en los que se sabe de una persona que, por no poder conseguir la dosis que necesita de la sustancia a la que es adicto (dependencia física), son capaces de asaltar o incluso asesinar.


4.-REFLEXIONES.


Decimos Pedro y nos referimos al Papa, que como sucesor suyo gobierna la Iglesia.Decimos Pablo o Santiago y nos referimos a todos los que transmiten el Evangelio.Decimos Juan de la Cruz o Teresa de Jesús y nos referimos a todos los que consagran su vida a Dios.Decimos Francisco de Asís o Martín de Porres y nos referimos a todos los que comparten lo que tienen.Decimos Vicente de Paúl o Sor Ángela de la Cruz y nos referimos a todos los que viven para atender a los demás.Decimos Maximiliano Kolbe y nos referimos a todos los que entregan su vida por los demás.Decimos el obispo Romero y nos referimos a todos los que son víctimas de la violencia.Decimos "cristianos' y nos referimos a todos los están vivificados por el ardor del Espíritu de Dios.


5.-¿QUE DICE LA BIBLIA?


Hoy necesitamos prestar atención a las palabras del profeta Jeremías: "Escuchen la palabra del Señor: Practiquen en este lugar la justicia y la rectitud, libren del explotador al oprimido, no humillen ni maltraten a los extranjeros, los huérfanos y las viudas. No maten gente extranjera en este lugar" ( Jer 22.3). Y también ha de recordarse como dice el salmista que: "El Señor vigila a justos y a malvados , y odia con toda su alma a los que aman la violencia" ( Sal 11.5).



Pablo menciona el robo como uno de los peligros que tuvo que enfrentar junto con los otros tipos de violencia que experimentó : "Tres veces me apalearon, y una me apedrearon. En tres ocasiones se hundió el barco en que yo viajaba, y, a punto de ahogarme, pasé una noche y un día en alta mar. He viajado mucho, y me he visto en peligros de ríos, en peligros de ladrones, y en peligros entre mis paisanos y entre los extranjeros. También me he visto en peligros en la ciudad, en el campo y en el mar, y en peligros entre falsos hermanos..." ( 2 Co 11.25


La historia de Caín y Abel es un ejemplo importante. Los autores del Genésis nos dicen que ya desde el comienzo de la civilización humana, la maldad y la violencia dominaban el mundo habitado. Los celos, la avaricia, el deseo incontrolado de bienes materiales, los complejos de superioridad, y todo tipo de pensamientos y deseos malvados han conducido al asesinato y a otras formas de violencia. El propósito mismo de destruir a toda la gente de la tierra en la historia del arca de Noé fue que "para Dios, la tierra estaba llena de maldad y violencia, pues toda la gente se había pervertido" ( Gn 6.11). Evidentemente los actos violentos de los seres humanos, constituyen un mal que Dios siempre tiene que tratar.


UN DIOS VIOLENTO EN EL NUEVO TESTAMENTO.- En el Nuevo Testamento, el Dios guerrero también está presente: Jesús en Gethsemaní, dice a uno de sus discípulos que no lo defienda y meta su espada en la vaina porque el que a hierro mata a hierro muere. Pero Jesús cree que el poder de Dios puede vencer a sus enemigos (Mt 26,53): es preciso recordar que Mateo conserva las tradiciones judías; este episodio lo narra Juan de manera diferente (18,3-


JESUS FRENTE A LA VIOLENCIA


Frente a la violencia que reina en el mundo, Jesús se muestra más radical que el Antiguo Testamento. La “ley del talión” requería la equidad en la venganza que restablece la justicia lesionada; Jesús exige el perdón… Jesús adopta el lugar del individuo perjudicado y declara que hay que saber ser víctima del violento. Jesús lo fue Él primero: resiste a la tentación de instaurar el reino de Dios por medios violentos; se niega a ser un político revolucionario y a obtener la gloria sin pasar por el sacrificio de la cruz. ¿Por qué, pues, no resistir al malvado? No por ninguna técnica de no – violencia, sino por espíritu de amor y de sacrificio, único medio de obtener la reconciliación entre el violento y su víctima. El reino de Dios no se establece con la brutalidad, sino con la fuerza divina, que se mostró capaz de triunfar de la muerte, resucitando a Jesús. Cuando Jesús se bate en retirada, como el servo de Dios ante la maldad de sus enemigos, se remite a Dios y realiza la bienaventuranza de los perseguidos, profetizada en los cantos del siervo; pero cuando perdona a los que lo crucifican injustamente, cuando exige a su discípulo que ofrezca la otra mejilla.



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